Son muchas las historias y leyendas en Valladolid ligadas a lo paranormal, aquí os descubrimos algunas de las más impactantes. ¡Pucela es fantástica y terrorífica!


El Sillón del Diablo

Podría ser perfectamente una maldición perpetrada en cualquier película J-horror, pero la leyenda asociada a esta silla del siglo XVI nos sitúa en la ciudad de Valladolid y cuenta que si te sientas tres veces en ella, morirás a los tres días. Al parecer, solo los facultativos médicos pueden sentarse sin sufrir el castigo mortal. La silla, conocida como “El Sillón del Diablo”, es de color marrón y fue fabricada con madera de nogal y un respaldo de cuero. Durante años permaneció colgada en la pared de la sacristía de la Capilla de la Universidad de Valladolid, boca abajo y a gran altura, para que nadie cometiera la imprudencia de sentarse, pero en la actualidad se encuentra expuesta en un rincón de una de las dependencias del Palacio de Fabio Nelli, eso sí, con una cinta roja que une los brazos de la silla para impedir que nadie se siente.

Para entender la maldición de la silla tenemos que remontarnos al año 1550 cuando desapareció un niño de 9 años y fue hallado por la policía en el sótano de la casa de Andrés de Proaza, un joven portugués de 22 años, que estudiaba anatomía humana en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid y había secuestrado al niño para practicarle una autopsia en vida. Alertados por los vecinos que habían escuchado gritos y habían visto agua sanguinolenta a través de los desagües, los policías hallaron el cadáver mutilado del niño sobre una mesa de madera. En el registro posterior encontraron, también, perros y gatos muertos.

Tras la detención del asesino, fue encarcelado y torturado por la Inquisición hasta que el joven médico declaró que cuando se sentaba en la silla para anotar el avance de sus investigaciones entraba en una especie de trance que le hacía cometer sus fechorías. La silla se la había regalado un nigromante y le servía para comunicarse con el Diablo. Fue condenado a morir en la hoguera y, aunque todas sus pertenencias fueron expuestas a subasta, nadie quiso adquirirlas y la silla pasó a ser propiedad de la Universidad de Valladolid, lo que ha permitido que se conserve intacta hasta nuestros días. 


Expedientes X

En la provincia de Valladolid también han sucedido varios Expedientes X que hubieran hecho las delicias de los agentes Mulder y Scully. 

El 16 de Septiembre de 1965, miles de vallisoletanos contemplaron durante más de cuatro horas un objeto luminoso en el cielo. El OVNI fue reduciendo poco a poco su tamaño y perdiendo luminosidad hasta acabar perdido entre las estrellas que aparecieron al atardecer. Muchos testigos coincidieron en su relato, el objeto metálico tenía un tamaño tres veces mayor que un avión, era de forma triangular y oscilaba como un péndulo. El relato coge mayor relevación con el testimonio del aviador civil Heliodoro Carrión que afirmó haber captado con su radio una conversación en la base aérea de Villanubla que confirmaba lo sucedido: “Hemos detectado un artefacto brillante y triangular entre las poblaciones de Villanueva de los Infantes y Tudela de Duero”. El piloto se dirigió hacia el objeto volador y corroboró su existencia manteniendo el vuelo a pocos metros de distancia. 

El 7 de Diciembre de 1968, en la base aérea de Villanubla se recibieron múltiples llamadas de teléfono desde Villalón de Campos, Mazariegos y Palencia que alertaban de una extraña luz anaranjada con sentido ascendente que sobrevoló la zona durante unos tres minutos. El Ministerio del Aire dictaminó que no había nada extraño, pero tampoco supo dar una explicación al fenómeno.  

El 17 de Julio de 1975, en la localidad de Pedrosa del Rey, un agricultor llamado Emiliano Velasco avistó desde su tractor un OVNI suspendido por encima de sus tierras. Aseguró que tenía unos tres metros de altura, con forma de “lata de conserva”, y que parecía estar hecha con un material similar al aluminio, pero mucho más brillante. La nave dio varias vueltas alrededor de su tractor y, después, se elevó hacia el cielo.

El 23 de Abril de 1976, en Matapozuelos, un niño de 14 años llamado Fidel Hernández, estaba jugando en la calle con sus amigos y todos ellos vieron una luz que se acercaba hasta desparecer por encima de los tejados de las casas. Cuando el niño se quedó solo y se dirigió hacia su casa, vio un resplandor en un prado y al acercarse comprobó que había aterrizado allí una nave. No solo eso, Fidel relató que había conversado con tres seres altos de pelo blanco peinado hacia atrás cuyos cuerpos desprendían una luz blanca fluorescente. Le preguntaron por las patatas que había plantadas en el huerto. La nave medía unos 10 metros de diámetro y tenía una cúpula transparente. Días después, un periodista que fue a cubrir la noticia encontró la hierba del lugar aplastada como si se hubiera posado sobre ella un artefacto pesado.  

La noche del 1 de Octubre de 1977, en el pueblo de Tordesillas, un niño de 7 años quedó atrapado por una luz mientras jugaba con sus amigos en un recinto abandonado. Varios testigos afirmaron haber visto un objeto metálico de unos tres metros, de color gris plomo mate y en forma de lágrima, que se encontraba apoyado en el suelo sobre tres patas parecidas a las torretas de alta tensión, mientras que en su parte superior había tres ventanilla en forma de ojo de buey de las que emanaba una potente luz rosa-azulada. Tras unos instantes de incertidumbre, el OVNI comenzó a vibrar y, tras proyectar cuatro rayos de luz, se elevó en diagonal hacia el cielo hasta desaparecer. 

Estos son algunos ejemplos, pero hay registrados más de 50 avistamientos de OVNIS en la provincia de Castilla y León. ¿Has visto tú algún marciano pucelano?


El Sanatorio de Viana

En la localidad de Boecillo se construyó en los años 50 el Sanatorio de Viana, un gigantesco hospital de seis plantas para enfermos de Tuberculosis que ocupaba 20.000 m2 e incluso estaba dotado de tenía capilla y piscina. Debido a que allí murieron muchos pacientes, tras su cierre en 1963, hubo curiosos y aficionados al misterio que se acercaron al lugar para grabar psicofonías y encontraron evidencias de presencias paranormales. Tanto en la segunda planta del edificio como en la piscina, lugar donde al parecer murió ahogada una niña llamada Ana, se escuchan ruidos extraños, se perciben drásticos cambios en la temperatura ambiental, y hay personas que padecen mareos, angustia y flojedad en las piernas, algunos afirman haber visto el fantasma de la niña correteando por el lugar… Los alrededores del sanatorio también tienen su propia leyenda negra cuando en 1992 desapareció una joven de 17 años que días después fue hallada muerta, aunque en realidad ese crimen no tuvo nada de sobrenatural y fue cometido por “el violador del ascensor”.    


La abuela Nicolasa en la Casa-Museo Zorrilla

Sí, los fenómenos paranormales también afectaron la vida y obra del escritor vallisoletano José Zorrilla. Fueron varias las visiones extrañas que tuvo durante su infancia, pero la más llamativa está relacionada con su abuela Nicolasa, la cual había muerto antes de nacer él. Fue en la habitación de invitados donde Zorrilla tuvo un encuentro con una mujer mayor que le pidió que se acercara para hablarle, pero no sería hasta años más tarde que reconocería el rostro de esa mujer en unas fotos familiares en las que aparecía su abuela. El escritor siempre estuvo atraído por lo paranormal, tal y como atestigua su propia obra literaria, incluso se dice que a veces escribía en episodios de sonambulismo. Ya reconvertido el lugar en la Casa-Museo Zorrilla, allí han acontecido cosas extrañas con objetos que cambian de lugar, luces que se encienden solas o espejos tirados en el suelo. Se dice que es el espectro de la abuela Nicolasa y que, por eso, los sucesos se acentuaron cuando su habitación fue retirada del itinerario abierto para los visitantes (se ha vuelto a incluir en la ruta para apaciguarla).